Los astrólogos más conocidos en la historia de la humanidad son los tres Reyes Magos, los sabios que siguieron las señales del cielo para identificar el día del nacimiento del maestro Jesús.
El brillo intenso que se veía en el cielo correspondía la coincidencia de Júpiter, Saturno, se piensa que en esa época fue en el signo de Piscis y que pudo estar potenciado el brillo por la coincidencia de Venus.
Lo maravilloso es que venían de distintos continentes y coincidieron desde la lectura del cielo para momentos clave. En esa época, sin tecnología ni aparatos de avanzada, se usaba brújula y la observación del cielo y el camino natural de los planetas y luminarias. Los reflejos en el agua, el registro del movimiento en el paso del cielo… observando la ciclicidad natural. Pocas personas saben que un astrólogo debe saber hacer un carta a mano, síi así como en la época medieval en el que no existía tecnología alguna respecto planetas y el sistema solar.
La astrología es una herramienta seria, completa, noble y certera, el tema es saberla usar bien, interpretar y tener distintas técnicas, así como conocer distintos tipos de astrologías. Una mirada completa y no por superficial. La astrología no es una moda, es cosa seria y requiere de estudio y mucha práctica.
Agradezco al Cosmos su guía y sus señales, los años de práctica y aprendizajes. La astrología llegó a mi vida en tiempos no tan rosas, eso ya fue hace 12 años. Se trata de vivir la astrología, de entenderla en vida.
Gracias Reyes Magos porque son un icono representativo de la sabiduría del Cosmos y más cerca del Creador.
El versículo de la Biblia: “Al ver la estrella se llenaron de una inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con su madre, María, y postrándose le adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron como regalos: oro, incienso y mirra”. Mt. 2, 10 – 11